martes, 30 de diciembre de 2008

AUSENCIA DE ESPIRITU NAVIDEÑO

Carezco de espíritu navideño. Es más, la Navidad me pone de mal humor. No es que me entristezca ni que me aplatane, no. Simplemente es superior a mis fuerzas el tener que hacer cosas por obligación. Que si la cena de Nochebuena allí y con estos; que si el día de Navidad comida con estos otros (que muchas veces son los mismos de la cena de la nochecita anterior y únicamente cambia el escenario). Añade el día 26 que en mi isla es fiesta. Suma y sigue con el sábado y el domingo (la pasada semana pareció que tenía quince días en lugar de siete). Agrega la cena de Nochevieja y la comida de Año Nuevo. ¡Ah! Y aún falta el día de Reyes, fecha para la que, con anterioridad a la misma, habrás tenido que salir a comprar estúpidos presentes que nadie necesita, solo porque "hay que regalar algo". ¡Por favor! Que alguien me diga cómo se digiere esto.
Prefiero mi rutina diaria de la que me escapo cuando y con quien me apetece. A mí me gustan las cosas ¡pim, pam, pum! Sin planificar.