domingo, 18 de octubre de 2009

EL GUION DE TU VIDA

- A menudo hemos oído decir que algunos niños llegan al mundo con un pan bajo el brazo. Eso es sinónimo de bonanza o buena suerte. Pero no se puede aplicar este dicho a todos los recién nacidos.
Lo que sí parece que traemos todos al nacer es una especie de guión que parece perseguirnos durante nuestra vida a modo de “casualidades” o “reincidencias”. ¿Será que venimos al mundo con el libreto, bajo el brazo, de lo que va a ser nuestra vida?

- Qué cosas dices!

- Entonces ¿cómo te explicas que a M. las cosas siempre le salgan bien y que cuando se le presenta alguna adversidad aparece algo o alguien inesperado que, por arte de magia, le solucionan el problema?

- Ahora que lo dices… A la pobre J. le dejó su primer marido con una niña de dos meses. El segundo se murió en un trágico accidente y su tercera pareja resultó ser un ludópata que le causó infinitos problemas. Desde luego le persigue la mala suerte con los hombres...

- Sí. Y ¿qué me dices de L. que, desde que es funcionario, ha cambiado de departamento de trabajo seis veces y siempre ha tenido un/a jefe/a que le ha hecho la vida imposible?

- Vaya! ¿Recuerdas a mi amiga S.? ¿Aquélla que cada vez que tiene que comprar o vender algo le timan?

- - Sí. Una vez firmó una hipoteca con un Banco y no le avisaron previamente de todo lo que tendría que contratar como condición indispensable para que le dieran el préstamo. Casi se arruina! La siguiente vez fue a asesorarse a un profesional que se quedó con gran parte del precio de la venta de su casa.

- Pues eso no es todo. El año pasado S. decidió construirse una casa en un solar que le había donado su padre. Le pagó un anticipo al constructor para que iniciase los trabajos y no volvió a verle jamás.

- Pobre S.!

- ¿Y tú? ¿No tienes reincidencias en tu vida?

- Pues ahora que lo dices, sí. Suelo conseguir lo que me propongo pero siempre tengo que trabajar hasta la extenuación para lograrlo. Nadie me ha regalado nunca nada. Por otra parte, desde pequeña, no he gozado de tiempo libre. Siempre tengo algo que hacer. Algo de lo que ocuparme. ¿Y tú, no tienes nada que contar?

- Sí. Tengo buena estrella para conseguir excelentes puestos de trabajo. Cuando me dedicaba al deporte profesional me ofrecían buenos contratos pero al final apareció una mujer de la que me enamoré y decidí abandonar mi trayectoria deportiva a ese nivel para estar más cerca de ella. Al retirarme de la vida deportiva conseguí un excelente trabajo pero me liaron y salí mal. Parece ser que siempre tropiezo con algún obstáculo que impide que mantenga lo que ya he conseguido.

- Vaya “casualidad”!

- ¿Conoces a alguien a quien le haya sucedido reiteradamente algo malo y que haya logrado salir del guión?

- Sí. Conocí a una deportista a quien las lesiones en la rodilla (siempre la misma) la llevaron cinco veces al quirófano.

- ¿Y qué pasó?

- Pues que siguió luchando hasta que logró vencer. Luego consiguió triunfar en su carrera deportiva.

- ¿Estaría escrito en su guión personal que eso iba a suceder?

- No lo sé. Únicamente sé que luchó por lo que más deseaba. Y, pese a las dificultades, lo consiguió. Te puedo asegurar que si se hubiera rendido no lo habría logrado.

- Ya veo… Esta persona luchó por cambiar su guión. Otras, como G. se conforman con decir que la buena suerte les persigue pero que nunca les alcanza porque corren más que aquélla.

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