domingo, 25 de mayo de 2008

SER ECUANIME

Hay quien se pregunta si los padres hacen lo que deben cuando ayudan económicamente a uno de sus hijos cuando lo necesitan, sin necesidad de dar lo mismo al resto de sus vástagos. Dicen que lo mejor en estos casos es dar lo mismo a cada uno de ellos para que reine la armonía familiar.
También hay hijos que, siendo afortunados económicamente, se quejan cuando uno de sus hermanos ha sido ayudado ante una situación de dificultad pecuniaria. Creen que no es justo que se dé algo a un hermano y que ellos no reciban nada.
Y por último hay hijos que, hallándose en una situación económica difícil, se quejan por no haber sido ayudados por sus padres, a la vez que recuerdan como, en el pasado, éstos hicieron todo lo que pudieron por ayudar a otro de sus hijos que se encontraba en una difícil situación.
Yo no me encuadro en ninguna de esas categorías. Pienso que cada momento es distinto y que cada persona es diferente. Creo que cada cual es libre de ayudar o no a alguien, sea hijo, padre, tío, primo, amigo o conocido. Y si yo quiero esa libertad para mí, sería erróneo no empezar deseando lo mismo para los demás.
Simplemente trataría de hacer lo que me dictara mi conciencia sin importarme qué pensarían los demás. ¿Motivo? Ella es quien, inexorablemente, emite un veredicto acerca de mis actuaciones y la que hace que duerma o no tranquila.

No hay comentarios: