¿En qué se fija la gente cuando le presentan a alguien por primera vez?
Hoy estuve almorzando con unas amigas y salió este tema mientras estábamos conversando. Unas decían que en los ojos, otras en la cara, otras en el cuerpo, incluso una de ellas confesó fijarse en el culo.
Yo me fijo en las manos. Creo que las manos nos dicen mucho sobre una persona. Uñas cortas y limpias me dicen que la persona es cuidadosa y aseada. Uñas mordidas que es nerviosa. Uñas largas y/o pintadas que es materialista y que su aspecto exterior le importa más que el interior. Manos "gastadas", que trabaja con sus manos. Manos con piel reseca, que le importa más su interior que el aspecto exterior o que se preocupa más de los demás que de sí misma. Manos con venas marcadas que en algún momento puede "explotar". Articulaciones de los dedos más gruesas que el resto del dedo, que la persona es nerviosa. Dedos cortos y regordetes me inspiran paz. Dedos largos y finos debilidad. Dedos largos y, ni finos ni regordetes, fortaleza.
Pero aún voy más allá y también me fijo en la sensación del primer "estrechamiento de manos". Si éstas están frías o calientes. La temperatura no me dice mucho, la verdad, porque quizá lo asocio a que, puntualmente, esta cualidad puede variar por diversos factores. Lo que sí me dice mucho sobre alguien es su forma de apretar las manos. Si la estrecha fuertemente me da la sensación de que me puedo fiar de esa persona; sin embargo si la mano está blanda creo que esa persona es débil mentalmente, que su carácter es variable y que, en definitiva, no puedo fiarme demasiado en que se mantenga en lo que dice.
Estas conclusiones que saco con la primera impresión sobre las manos no sé si coinciden o no con los estudios que, estoy segura, los psicólogos han realizado sobre el tema.
¿Se fija alguien en las manos de los demás? ¿Qué le dicen las manos?
domingo, 28 de septiembre de 2008
jueves, 11 de septiembre de 2008
DIVAGANDO...
Ahora que ella no está bien anímicamente, que tiene problemas de ansiedad y que está terriblemente hipocondríaca, pienso en todo lo que he intentado hacer para que esté mejor, sin haberlo conseguido.
Solamente puedo decir que la quiero tanto que si supiera que sin mí ella lograría estar mejor y ser plenamente feliz, yo no dudaría ni un instante en alejarme de su lado.
Solamente puedo decir que la quiero tanto que si supiera que sin mí ella lograría estar mejor y ser plenamente feliz, yo no dudaría ni un instante en alejarme de su lado.
domingo, 7 de septiembre de 2008
¿POR QUE CREAMOS BLOGS?
Me llama la atención el hecho de que tanta gente haya creado uno o varios blogs. Y me pregunto qué nos mueve a crearlos.
¿Es porque está de moda?
¿Es por la necesidad de vomitar nuestros pensamientos, sentimientos, etc al mundo en general y a nadie en particular?
¿Es porque decimos lo que sentimos sin necesidad de salir del anonimato?
¿Es porque nos deleita la idea de que alguien nos lea aun cuando no sepamos quién es?
¿Por qué puede ser?
Animo a quien lea este post a que exponga sus ideas desde su propia experiencia, para poder sacar conclusiones al respecto.
¿Es porque está de moda?
¿Es por la necesidad de vomitar nuestros pensamientos, sentimientos, etc al mundo en general y a nadie en particular?
¿Es porque decimos lo que sentimos sin necesidad de salir del anonimato?
¿Es porque nos deleita la idea de que alguien nos lea aun cuando no sepamos quién es?
¿Por qué puede ser?
Animo a quien lea este post a que exponga sus ideas desde su propia experiencia, para poder sacar conclusiones al respecto.
sábado, 30 de agosto de 2008
GLOBALIZACION
Ya he regresado de mis vacaciones. Este año ha tocado Bretaña y Castillos del Loira. El viaje ha estado bien pero cada vez echo más en falta lo autóctono, lo propio de cada pueblo.
Estoy un poco cansada de viajar a lugares en los que hay las mismas cosas que en el lugar donde vivo. Misma comida, mismas marcas de cualquier objeto, mismas tiendas, misma línea azul de O.R.A., mismos programas en TV, y así podría continuar enumerando un sinfín de mismas cosas más.
Lo mejor ha sido visitar el bosque de Brocelandia (el del Mago Merlín y el rey Arturo), los pequeños pueblos pesqueros de Bretaña (Cancale es excepcional) y Mont Saint Michel (imposible distinguir la colina de la edificación). En definitiva, la naturaleza -lo diferente a lo que veo cada día- es lo que ha dado el toque de calidad a este viaje.
Hace diez años estuve en China y recuerdo que allí eché de menos "nuestras cosas occidentales". En las tiendas de comestibles no vendían pan, galletas, lácteos ni un montón de cosas más a los que aquí estamos acostumbrados. En las esquinas de Pekín los carritos de venta ambulante ofrecían pinchos de insectos y en los mercados de Cantón vendían serpientes, gusanos y perros como productos para alimento diario. Yo, que soy vegetariana, lo pasé bastante mal allí. Baste decir que en un viaje de dieciocho días perdí diez kilos de peso pues mi alimento consistía en arroz blanco, fruta y agua destilada (sí, el agua embotellada era marca "Carlsberg" y era destilada). En alguna ciudad (Shangai) conseguí comer un sandwich vegetal y en Hong Kong ya encontré comida y bebida occidental. A pesar de todas estas "inconveniencias" eso es lo que quiero encontrar cuando voy de viaje pues es lo que me hace conocer las costumbres del lugar que visito y lo que me enriquece como persona. Al fin y al cabo nadie me obliga a viajar y soy yo quien decide el lugar adonde voy.
Supongo que la globalización, como todas las cosas, tiene su lado positivo y su lado negativo. Pero en el tema "viajes" prefiero la antiglobalización.
Estoy un poco cansada de viajar a lugares en los que hay las mismas cosas que en el lugar donde vivo. Misma comida, mismas marcas de cualquier objeto, mismas tiendas, misma línea azul de O.R.A., mismos programas en TV, y así podría continuar enumerando un sinfín de mismas cosas más.
Lo mejor ha sido visitar el bosque de Brocelandia (el del Mago Merlín y el rey Arturo), los pequeños pueblos pesqueros de Bretaña (Cancale es excepcional) y Mont Saint Michel (imposible distinguir la colina de la edificación). En definitiva, la naturaleza -lo diferente a lo que veo cada día- es lo que ha dado el toque de calidad a este viaje.
Hace diez años estuve en China y recuerdo que allí eché de menos "nuestras cosas occidentales". En las tiendas de comestibles no vendían pan, galletas, lácteos ni un montón de cosas más a los que aquí estamos acostumbrados. En las esquinas de Pekín los carritos de venta ambulante ofrecían pinchos de insectos y en los mercados de Cantón vendían serpientes, gusanos y perros como productos para alimento diario. Yo, que soy vegetariana, lo pasé bastante mal allí. Baste decir que en un viaje de dieciocho días perdí diez kilos de peso pues mi alimento consistía en arroz blanco, fruta y agua destilada (sí, el agua embotellada era marca "Carlsberg" y era destilada). En alguna ciudad (Shangai) conseguí comer un sandwich vegetal y en Hong Kong ya encontré comida y bebida occidental. A pesar de todas estas "inconveniencias" eso es lo que quiero encontrar cuando voy de viaje pues es lo que me hace conocer las costumbres del lugar que visito y lo que me enriquece como persona. Al fin y al cabo nadie me obliga a viajar y soy yo quien decide el lugar adonde voy.
Supongo que la globalización, como todas las cosas, tiene su lado positivo y su lado negativo. Pero en el tema "viajes" prefiero la antiglobalización.
domingo, 10 de agosto de 2008
LOS BENEFICIOS DEL PILATES
Sufro problemas de espalda desde hace bastantes años provocadas por dos hernias lumbares (L4 y L5) y otra en el sacro (S1). Tras haber probado medicina tradicional (medicamentos, únicamente, pues me negué a pasar por quirófano mientras no estuviese paralítica), masaje tradicional y visitas a un quiropráctico, que me fue bastante bien, el salto de calidad lo ha provocado el trabajo en el gimnasio. Practicar "Pilates" ha hecho que mi calidad de vida haya mejorado muchísimo. El hecho de que toda la región abdominal se haya visto reforzada ha provocado que ahora al hacer un giro rápido de cabeza (sí, algo tan simple como eso!) no me quede "enganchada" durante un par de semanas.
Pero no sería justo que me olvidase de mencionar que, al poco tiempo de empezar a practicar "Pilates", me sometí a la técnica del "Atlas". Consiste en la recolocación de la primera de las vértebras ("atlas"). Eso también debió aportar algo pues al día siguiente de la recolocación, podía realizar ejercicios de "Pilates" que antes no podía ejecutar.
En fin, que si alguien que esté realmente desesperado quiere probarlo, antes de pasar por quirófano, no pierde nada. Yo llegué a estar tan mal que, en posición tumbada boca arriba, no podía elevar las piernas. Girarme en la cama era muy doloroso. No podía correr, ni saltar. Ahora puedo hacerlo, sin pasarme claro. Pero lo más importante es que la espalda no me duele. Creía que, tras tantos años de dolor ininterrumpido, era imposible vivir sin dolor, pero afortunadamente, no era así.
Pero no sería justo que me olvidase de mencionar que, al poco tiempo de empezar a practicar "Pilates", me sometí a la técnica del "Atlas". Consiste en la recolocación de la primera de las vértebras ("atlas"). Eso también debió aportar algo pues al día siguiente de la recolocación, podía realizar ejercicios de "Pilates" que antes no podía ejecutar.
En fin, que si alguien que esté realmente desesperado quiere probarlo, antes de pasar por quirófano, no pierde nada. Yo llegué a estar tan mal que, en posición tumbada boca arriba, no podía elevar las piernas. Girarme en la cama era muy doloroso. No podía correr, ni saltar. Ahora puedo hacerlo, sin pasarme claro. Pero lo más importante es que la espalda no me duele. Creía que, tras tantos años de dolor ininterrumpido, era imposible vivir sin dolor, pero afortunadamente, no era así.
domingo, 8 de junio de 2008
NO GRITARE
Hace unos días leí un cuento que más o menos venía a decir que cuanto más lejos se hallan los corazones de dos personas, más se gritan éstas para hacerse oír. Incluso decía que cuando los corazones ya están muy lejos el uno del otro, por mucho que gritaran sus interlocutores ya no podían escucharse.
En cambio, cuanto más cercanos están los corazones, más bajita es la voz pues no se precisa gritar para hacerse oir.
Creo que mucho hay que aprender de este cuento. Incluso añadiría que cuando nos demos cuenta de que estamos chillando y el motivo no sea la distancia física, que bajemos la voz para acercar los corazones.
En cambio, cuanto más cercanos están los corazones, más bajita es la voz pues no se precisa gritar para hacerse oir.
Creo que mucho hay que aprender de este cuento. Incluso añadiría que cuando nos demos cuenta de que estamos chillando y el motivo no sea la distancia física, que bajemos la voz para acercar los corazones.
domingo, 25 de mayo de 2008
SER ECUANIME
Hay quien se pregunta si los padres hacen lo que deben cuando ayudan económicamente a uno de sus hijos cuando lo necesitan, sin necesidad de dar lo mismo al resto de sus vástagos. Dicen que lo mejor en estos casos es dar lo mismo a cada uno de ellos para que reine la armonía familiar.
También hay hijos que, siendo afortunados económicamente, se quejan cuando uno de sus hermanos ha sido ayudado ante una situación de dificultad pecuniaria. Creen que no es justo que se dé algo a un hermano y que ellos no reciban nada.
Y por último hay hijos que, hallándose en una situación económica difícil, se quejan por no haber sido ayudados por sus padres, a la vez que recuerdan como, en el pasado, éstos hicieron todo lo que pudieron por ayudar a otro de sus hijos que se encontraba en una difícil situación.
Yo no me encuadro en ninguna de esas categorías. Pienso que cada momento es distinto y que cada persona es diferente. Creo que cada cual es libre de ayudar o no a alguien, sea hijo, padre, tío, primo, amigo o conocido. Y si yo quiero esa libertad para mí, sería erróneo no empezar deseando lo mismo para los demás.
Simplemente trataría de hacer lo que me dictara mi conciencia sin importarme qué pensarían los demás. ¿Motivo? Ella es quien, inexorablemente, emite un veredicto acerca de mis actuaciones y la que hace que duerma o no tranquila.
También hay hijos que, siendo afortunados económicamente, se quejan cuando uno de sus hermanos ha sido ayudado ante una situación de dificultad pecuniaria. Creen que no es justo que se dé algo a un hermano y que ellos no reciban nada.
Y por último hay hijos que, hallándose en una situación económica difícil, se quejan por no haber sido ayudados por sus padres, a la vez que recuerdan como, en el pasado, éstos hicieron todo lo que pudieron por ayudar a otro de sus hijos que se encontraba en una difícil situación.
Yo no me encuadro en ninguna de esas categorías. Pienso que cada momento es distinto y que cada persona es diferente. Creo que cada cual es libre de ayudar o no a alguien, sea hijo, padre, tío, primo, amigo o conocido. Y si yo quiero esa libertad para mí, sería erróneo no empezar deseando lo mismo para los demás.
Simplemente trataría de hacer lo que me dictara mi conciencia sin importarme qué pensarían los demás. ¿Motivo? Ella es quien, inexorablemente, emite un veredicto acerca de mis actuaciones y la que hace que duerma o no tranquila.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)